martes, 27 de junio de 2017

CATS BOLIVIA: EL MUSICAL

LOS GATOS INICIAN UN NUEVO CICLO A PARTIR DE LA FORMACIÓN EN EL TEATRO MUSICAL La luna ha brillado durante seis días en La Paz, en el escenario del colegio Calvert y en el cine Teatro 16 de julio, la búsqueda de una nueva vida jelical ha terminado para los espectadores pero recién comienza para sus intérpretes. Las luces del teatro se han apagado, pero ha nacido un haz brillante en algunos corazones que los impulsará a seguir en este maravilloso pero difícil camino del arte. Muchos de aquellos gatos aún estarán sintiendo la sensación de haber pisado un escenario por primera vez, las largas jornadas de ensayo, el hambre, el sueño y la inexplicable fuerza que brota de pronto para continuar con más energía; de algunos quizás será su primera y última vez, de otros será una experiencia más entre muchas y ni se darán cuenta que fueron parte de un gran desafío, pero quizás de la mayoría está experiencia se convierta en un modo de vida. Junio fue el mes que el público paceño pudo disfrutar de CATS, el musical más exitoso de Brodway escrito por Andrew Lloyd Webber y basado en poemas de T.S Elliot. La aventura comenzó hace muchos meses, cuando el Conservatorio Plurinacional de Música y la Compañía ARTANON deciden apostar por la formación de nuevos valores en el teatro musical buscando la integralidad de quienes iniciaron este reto. Sin prejuicios, ambas instituciones comprometidas con los procesos formativos, han otorgado herramientas básicas a jóvenes y adultos que se han enfrentado a áreas del conocimiento antes inexploradas, desde el canto, la lectura y teoría musical hasta llegar a una introducción al teatro y la técnica de ballet clásico y jazz en cuerpos que jamás habían conjuncionado sistemáticamente estos lenguajes. Todos los participantes del taller han salido de su zona de confort para asumir un verdadero reto, incluso muchos de ellos han conocido por primera vez un taller formativo de esta complejidad. No cabe duda que lo más valioso de este proyecto es un proceso que ha cumplido con el propósito de encarar una obra de magnitud con personas formación, escapando del clásico procedimiento de convocar aleatoriamente a artistas ya formados pero sólo en una o máximo dos áreas de donde no salen en los montajes. El resultado de esta obra es el producto de la confianza en la capacidad de quienes, a pesar de no tener experiencia en teatro musical, han calzado la zapatilla transpirando largas jornadas de acondicionamiento físico, han agarrado las partituras en propuestas corales hasta de ocho voces, han estudiado en trabajo de campo los movimientos y carácter de un gato, pero especialmente de un grupo de gatos que conviven en comunidad aprendiendo también a progresar en comunidad. La producción ejecutiva de este espectáculo ha sido impecable, contando con maquillistas que también impartieron talleres y transmitieron al elenco sus saberes con material profesional; vestuaristas que le pusieron el mejor empeño en reproducir cada prenda, diseñadores gráficos y fotógrafos que con gran talento y pasión se sumaron a este emprendimiento desde las imágenes que perdurarán en el tiempo. CATS BOLIVIA es una propuesta fresca donde se puede ver caras nuevas en el área del Teatro Musical, muchísima energía colectiva en las coreografías y compromiso en el escenario; se puede reconocer con mucha evidencia un trabajo coral complejo y un acompañamiento musical preciso. Aún queda mucho por recorrer y mucho camino por transitar, pero el mapa ya parece tener las diirectrices. Es una obra que promete un nuevo modo de encarar el teatro musical en Bolivia no sólo en sus resultados sino también en sus procesos, que tanta falta le hacen a nuestro país. CATS BOLIVIA muestra rostros y talentos que de seguro darán mucho que hablar, una generación emergente que da sus primeros pero agigantados pasos. Apoyar este tipo de proyectos es vital e imprescindible, ya que representa no sólo el aporte a la producción de espectáculos, sino también a la formación de nuevos valores con miras a ser artistas versátiles e integrales. Quienes se sumaron a esta iniciativa deben tener la seguridad de que no sólo hicieron posible el espectáculo, sino también ayudaron con la formación de muchos nuevos valores en la escena nacional: el conocimiento es perecedero en el tiempo. Quienes fueron parte del elenco seguramente estarán contentos de haber sido tratados como cualquier artista quisiera en este país y de haber recibido el conocimiento desinteresado de profesionales en diferentes áreas. El público que pudo asistir al espectáculo se ha conmovido, ha aplaudido hasta el cansancio y en muchas ocasiones se ha puesto de pie, y aunque no siempre se puede agradar a todos, el rumbo es seguir elevando el nivel y seguir confiando en nuevos valores emergentes sin cerrarle las puertas. Vivimos en un país donde es difícil encontrar artistas integrales, y este proyecto genera una esperanza en poder ver algún día una propuesta propia que poco o nada tenga que envidiar a producciones internacionales.

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